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La Asociación «Nina Shunku» cumple 12 años desde que se estableció en el Centro Histórico de Quito, sus socios y asociados recuerdan sus anécdotas y repasan sus trabajos en este día de aniversario.

Por Belén Jimbo:

Era 29 de febrero de 2012 cuando un grupo de jóvenes que gestionaron el espacio dos años antes, encabezados por Isaac Peñaherrera, se dirigían al Ministerio de Salud Pública para la adquisición del bien inmueble ubicado en la esquina de las calles García Moreno y Morales (La Ronda) este inmueble contenía los elementos del Museo de la Medicina “Eduardo Estrella” donde se desarrollaría el espacio cultural comunitario denominado Nina Shunku.

“Estamos en uno de las primeras morgues de Quito, este lugar perteneció al Hospital San Juan de Dios. Cuando ingresamos al sitio, lo encontramos en mal estado, ahora está adecuado para todos los que quieran formar parte de él porque contiene aulas para clases, espacios de entrenamiento, bibliotecas y estudio de grabación”, describe Isaac.

Heins Pozo, quien se integró meses más tarde, relata que el nombre de la asociación es de origen Kichwa y significa “Corazón de Fuego”, este nombre nace del rescate de la identidad ancestral. “Cada 21 de marzo que es el Mushuk Nina, se realiza la celebración en lo que conocemos como El Panecillo; originalmente, su nombre es Shungo Loma; “Mama Charito” hace el peregrinaje hasta Catequilla siguiendo el Shungo Ñan “Camino del corazón» donde ella, en el día sin sombra, reflejaba la luz del sol en una olla de oro que era como el fuego y pues, en honor a su trabajo, decidimos nombrarle Nina Shunku y la k por el tsafiki lengua originaria por el corazón de la ciudad en anuncio de un nuevo fuego”, comenta Heins.

En sus inicios, la ahora Asociación Nina Shunku convocó de manera general, a alrededor de 13 grupos entre colectivos, grupos artístico, talleristas y artistas de los diferentes puntos del Distrito Metropolitano de Quito para que hagan uso del espacio; cada uno de ellos, empezó realizados murales, talleres pequeños de Break dance, grafitis, actividades del circo y producción musical. Hoy por hoy, muchos de ellos se convirtieron en docentes que imparten estos conocimientos a nuevas generaciones.

En el primer aniversario, uno de sus participantes Julián comenta: “Este evento fue desconocido debido a que no se elaboraron actividades antes en ese lugar, la gente tenía miedo de ir al sitio a diferencia del control que hay hoy en día; con el tiempo, se creó el acceso al Museo de la Ciudad y el Nina Shunku. La gente que formaba parte del Nina Shunku guio a las personas desde las paradas del trole hacia la casa cultural. La fiesta inició con un desfile desde el Palacio de Gobierno, pasando por la Plaza de San Francisco y el Arco de la Reina, hicieron un cerco para ingresar por la puerta principal, hubo comparsa, bandas invitadas, festival de hip hop, duro hasta la medianoche, de lo que yo recuerdo”.

Nina Shunku ha pasado por momentos gratificantes desde el desarrollo individual de cada uno de sus miembros que ahora son docentes, talleristas y se inician en el área de la gestión cultural; a nivel del Distrito Metropolitano de Quito, Nina Shunku abrió espacios culturales para los colectivos participantes. En el año 2016, se incidió en la construcción de las políticas públicas y culturales. Para el 2017 y 2018, fueron pilares para la construcción de la Red Ecuatoriana de Cultura Viva Comunitaria y el Movimiento Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria en el área de comunicaciones.

En lo internacional, Nina Shunku fueron reconocidos como uno los proyectos sociales de mayor impacto para la juventud por parte de la Organización Internacional de la Juventud, para Iberoamérica (OIJ) en el 2019. tienen el reconocimiento en 18 países de Iberoamérica, se han articulado con los Estados Unidos y varias Universidades internacionales por medio de alianzas con fundaciones de trabajo cultural.

Para el 2022 y 2023, esta organización es ya reconocida como una asociación; según Isaac y Heins, obtener la personería jurídica fue un proceso de crecimiento grupal. Este logro llevo a la firma de un convenio de uso de espacio, al concurso de presupuestos participativos y a la obtención de recursos que convierten a la asociación a un sitio que responde por el pago y beneficios de ley de sus trabajadores. Parte de ello es, el impacto que tuvieron con la creación del Programa Distrital de Gestión Cultural Comunitaria y el trabajo en red con las parroquias y comunas del Distrito Metropolitano de Quito.

Uno de los factores que reconoce estos logros, es el trabajo en equipo, no solo con quienes conforman Nina Shunku, sino con los colectivos que existen a nivel nacional e internacional y han formado parte de su itinerario y su red de trabajo. “Yo creo que esto funciona a procesos grupales como son las mingas porque la organización se construye a partir de las voluntades diversas para el desarrollo de sus destrezas; en ese sentido, Nina Shunku ha tenido la posibilidad de enfrentar las amenazas y seguir creciendo” complementa Isaac.

Dentro de su directiva, Gabriel Barrionuevo tiene la batuta y en este momento, se plantean cambios dentro del área de trabajo para bridar más espacios y oportunidades de crecimiento cultural. A lo largo de estos años, Nina Shunku ha conformado directivas y ha tenido colaboradores que dejan su nombre por lo alto, “por hoy, somos 34 socios, de los cuales 23 son los que están activos”, complementa Gabriel, en una entrevista rápida.

Actualmente, la Asociación Nina Shunku lleva los procesos de trabajo mediante las asambleas y consensos permanentes entre los miembros para realizar los programas y proyectos. Se han puesto en marcha emprendimientos que se convirtieron en economías sustentables y sostenibles, festivales musicales y exposiciones artísticas que impulsan carreras y benefician a los emprendedores. Todo esto se ha abordado a través de la organización.

Actualmente, la Asociación Nina Shunku lleva los procesos de trabajo mediante las asambleas y consensos permanentes entre los miembros para realizar los programas y proyectos. Se han puesto en marcha emprendimientos que se convirtieron en economías sustentables y sostenibles, festivales musicales y exposiciones artísticas que impulsan carreras y benefician a los emprendedores. Todo esto se ha abordado a través de la organización.

Por ahora, su trabajo se direcciona por la reivindicación de la memoria social y la revitalización de los saberes dentro de las comunas y parroquias rurales. Sus actuales socios, desean la apertura de más espacios cultuales para el uso de las diferentes organizaciones locales donde cada una de ellas aplique su propio modelo de gestión. “Esperamos tener una sede en Nueva York para generar inversión en procesos de fortalecimiento que hemos tenido en el trascurso de estos años, esperamos seguir creciendo por y en beneficio de la comunidad, de la juventud y de la memoria social”, concluye Isaac.